
Estar en el lugar adecuado, en el momento preciso con la concentración puesta por completo en las orejas, los ojos y las manos. Escuchar, tocar y seguir. Preguntar lo justo. Mirar. Mirar de frente y luego de lado cuando una asume que si sigue mirando de frente van a aparecer más signos de humanidad de los permitidos entre esas cuatro paredes.
“But lo! men have become the tools of their Tools”
H. D. THOREAU, Walden
riedad enraizada tiene, además de la más obvia     capacidad destructora del individuo y el colectivo,   repercusiones que a veces es difícil ver con nitidez. Cuando tu modo de vida se articula en torno a una relación de cuidados, la precariedad se convierte en el enemigo invisible que mina los valores de confianza, comprensión y respeto mutuo en los que se basa dicha relación. Ondas invisibles de precariedad que siguen rompiendo vidas a mucha distancia.

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