FIN DE LA PANDEMIA Y CRISIS DE LA ATENCIÓN PRIMARIA: SOLA NO PUEDES, CON AMIGAS SÍ

ATENDIENDO AL BIENESTAR EMOCIONAL DE LA ATENCIÓN PRIMARIA:

El Foro de la Atención Primaria (formado por buena parte de los principales agentes de este nivel asistencial) lanzaba un SOS en marzo de este año al advertir que la Atención Primaria (AP) podría desaparecer si no se pone freno al progresivo deterioro de esta última década.

La crisis de la AP es un fenómeno complejo y abordarla pasa por prestar atención a los diferentes elementos que la atraviesan. Un elemento fundamental es el deterioro de la salud emocional de sus profesionales previo a la Pandemia por COVID-19 y que ésta ha agudizado:

– Una encuesta realizada en AP desvelaba el friolero dato de que el 62% de sus médicas eventuales había llorado como consecuencia de la sobrecarga asistencial.

Otro estudio declaraba que el 79% de las trabajadoras de AP sufre el Síndrome de Burnout.

– Mientras que la prestigiosa escala Warwick Edinburgh Mental Well-bein Scale (WEMBWBS) para la medición del bienestar emocional recoge como cuatro de sus 14 ítems el sentirse “con energía”, “afrontando bien los problemas”, “relajado” y “alegre”diferentes artículos publicados sobre la situación de la AP recogen entre sus profesionales sensaciones de “agotamiento”, “frustración”, “rabia”, “tristeza” y “enfado”.

– Por último, en estos mismos artículos se advierte que “hay mucha gente de baja porque ya no puede más” y que “entre mis compañeros hay bajas por depresión y ansiedad, algunos toman ansiolíticos y antidepresivos para seguir trabajando”.

En esta primavera de 2022 parece que, por fin, vamos a superar esta Pandemia, ahora nos toca reflexionar sobre cómo nos levantamos de las cenizas y abordamos las múltiples crisis que ha agudizado, entre ellas la de la AP y la de la salud emocional de sus profesionales.

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REVISANDO ACUERDOS Y EVIDENCIAS:

La OMS en su Plan de Acción sobre Salud Mental 2013-2020 destaca la importancia de las condiciones laborales como uno de los determinantes de la salud mental y aboga para afrontarlo por desarrollar mejoras organizativas en el entorno laboral. En la misma línea, el Pacto Europeo por la Salud mental y el bienestar también propone entre sus acciones prioritarias el mejorar la cultura organizativa laboral.

Atendiendo a la evidencia, una revisión sistemática de Egan et al concluye que el aumento del control en el entorno laboral por parte de las trabajadoras implicaba mejoras en su salud mental y sugiere que reorganizar los lugares de trabajo para facilitar la participación y el control de las empleadas ofrece un medio potencial para mejorar su salud y su bienestar.

Para terminar, el informe Five ways to well-being publicado en 2008 dentro del Programa Foresight del Gobierno de Reino Unido planteaba acciones basadas en la evidencia para orientar políticas de mejora del bienestar y la salud mental. La primera de las cinco áreas clave recogidas propone “conectar con la gente que te rodea”, dándose así un espacio central a los vínculos humanos en nuestro bienestar, y se explicita la importancia de cuidar y desarrollar las relaciones en el entorno laboral.

 

RECORDANDO LA POTENCIA DEL GRUPO:

Parece interesante sumar a lo anterior el importante desarrollo del pensamiento sobre el grupo que se desarrolló en la segunda mitad del siglo XX en Latinoamérica y Europa y que destacó el grupo como el espacio de construcción de la subjetividad humana, como el espacio donde se articulan las formas de entender humanas. Enrique Pichón-Rivière planteaba el grupo como el lugar diagnóstico y operativo por excelencia, es decir, como el lugar ideal para entender qué nos pasa y cómo vamos a afrontarlo. De hecho, este es uno de los enfoques que subyace en las actividades grupales en AP, que constituyen uno de los puntos clave de la intervención comunitaria y la promoción de la salud en este ámbito. Los buenos resultados de los grupos GRUSE de AP en Andalucía son un buen ejemplo que deben de hacernos reflexionar sobre la potencia de los espacios grupales.

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EJERCIENDO NUESTRO PROTAGONISMO:

Resumiendo, partimos, por un lado, de una situación de crisis del actual modelo organizativo de AP con un grave y progresivo desgaste de la salud emocional de sus profesionales que requiere ser atendida. Por otro lado, diferentes acuerdos y evidencias abogan por dar importancia a la relación entre el contexto laboral y la salud mental, por realizar cambios en la cultura organizativa en los centros de trabajo, por apostar por la participación y el control de las empleadas y por cuidar y desarrollar las relaciones entre compañeras. Por último, el espacio grupal podría tratarse del medio idóneo donde cristalizar todo lo anterior.

En coherencia con lo previo, parece razonable pensar que deberíamos apostar en nuestros Centros de Salud por recuperar, desarrollar y cuidar los espacios de reflexión grupal entre profesionales como un elemento central para abordar la crisis de la AP y cómo ésta se traduce en cada centro. No se trata de inventar la rueda sino de reforzar y poner en valor aquello que en muchos centros se ha hecho y se hace. Apostar por compartir regularmente un espacio tranquilo en el que nos sentemos en círculo, nos escuchemos y reflexionemos juntas, primero, sobre qué nos pasa y, después, sobre qué medidas podemos articular para afrontarlo colectivamente. Apostar por recuperar nuestro protagonismo personal y grupal en esta historia, en lugar de cedérselo a nuestras direcciones asistenciales y frustrarnos. En palabras de Joan Gené Badia en la editorial de AMF de diciembre de 2021 «avanzaremos si acabamos con el paternalismo interesado que se ejerce sobre la AP».

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Aterrizándolo en las dinámicas de nuestros centros, esta propuesta se podría materializar, por ejemplo, con reuniones grupales semanales de una hora de duración para todas las profesionales de AP. Parece interesante combinar reuniones separadas en categorías profesionales (administración, enfermería y medicina) con reuniones conjuntas de todo el equipo de AP, habiendo una devolución de los consensos alcanzados en las primeras a las segundas. La ratio entre las primeras y las segundas podría ser de 2:1 o 3:1. En términos prácticos, el uso de órdenes del día y actas de reunión puede facilitar la dinamización grupal y el alcance de acuerdos. Por último, buscar avanzar con paciencia desde la escucha a todo el grupo y desde el consenso compartido favorecerá la sostenibilidad y llegar más lejos que aquellas formas más apresuradas y con un marcado protagonismo de unas pocas personas que genere una tensión progresiva con el resto del grupo.

Caben dos matizaciones sobre lo anterior. La primera, que las sugerencias organizativas arriba propuestas deberían de adecuarse a la realidad de cada Centro de Salud, ejerciéndose ya en estas decisiones el protagonismo que reclamamos. La segunda, que estas reuniones organizativas no debieran competir con las reuniones formativas, sino que las dos necesidades del equipo, la organizativa y la formativa, son esenciales y requieren ser abordadas de manera autónoma, idealmente con una frecuencia semanal cada una de ellas.

LA BOLA DE CRISTAL:

La crisis de la AP y el consiguiente deterioro del bienestar emocional de sus profesionales requieren ser entendidas y atendidas y puede que reforzar y desarrollar los espacios grupales organizativos en cada Centro de Salud sea un elemento fundamental para ello. Quizás, el elemento. Lolo Rico y su equipo hace 35 años ya lo supieron ver en su Bola de Cristal y lo resumieron de manera genial a la infancia: “Sola no puedes, con amigas sí”.


Texto de Asier Calvo Álvarez de Arkaia, especialista en medicina de familia y comunitaria

Notas:

– Este artículo se ha elaborado como parte de las actividades del Módulo de Promoción de la Salud Mental y Emocional del Máster Propio de Promoción de la Salud y Salud Comunitaria de la Escuela Andaluza de Salud Pública.

– En la redacción de este artículo se ha buscado, por un lado, evitar un lenguaje sexista y, por otro lado, cuidar que la lectura fuese ágil y accesible. Desde esta perspectiva, admitiendo que cada fórmula alternativa tiene fortalezas y debilidades y partiendo de la clara feminización de la AP, se ha optado por utilizar el femenino genérico.

2 thoughts on “FIN DE LA PANDEMIA Y CRISIS DE LA ATENCIÓN PRIMARIA: SOLA NO PUEDES, CON AMIGAS SÍ

  1. Juan Carlos Arbonies Ortiz dice:

    Crear un clima de grupo de equipo , como bien dices Asier , nos puede ayudar a mejorar compartiendo nuestras emociones.
    , poniéndonos en lugar de la otra , mi compañera ,teniendo en cuenta que formamos parte de un comunidad que seguro nos va a echar una mano.

  2. Juan Carlos Arbonies Ortiz dice:

    Os quiero comentar el tute emocional que recibi en el pasado congreso de comunicacion y salud que compartimos en el Escorial.Son duda ayudo a curar mi corazón pero sobre todo fue una inyección de apoyo emocional y autoconfianza

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