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¿Qué camino está trazando la Atención Primaria hoy en día? ¿De dónde procede la formación sanitaria que recibimos? ¿Encontramos espacios para el debate y la reflexión en esta sociedad marcada por los límites del tiempo y la eficiencia?
Para intentar dar cabida a cuestiones como estas, surgió La Cabecera, un colectivo de profesionales pertenecientes al ámbito de la Atención Primaria, interesadas en la Salud centrada en las personas y su entorno. Buscando promover un espacio participativo, colaborativo y plural, al margen de la industria, que sirviese de punto de encuentro entre las distintas profesionales involucradas en la misma, surgió la primera edición del Congreso de la Cabecera.
Un año más tarde, y desde otro punto del mapa, hemos querido tomar el relevo y celebrar la segunda edición, esta vez en Madrid el 13 y el 14 de abril.
Objetivos:
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Encontrar(nos): facilitar un espacio de encuentro y debate entre distintas profesionales de Atención Primaria, repensando el modelo actual de Salud desde una mirada que ponga en el centro a las personas y sus comunidades.
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Formar(nos): buscar una formación en temas propios de Atención Primaria que sea independiente y de calidad, libre de humos industriales. Queremos utilizar metodologías participativas que inviten al diálogo e intercambio de ideas entre las personas asistentes.
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Visibilizar(nos): tener presente la perspectiva de género de forma transversal durante todo el encuentro, visibilizando las problemáticas en torno a este eje de desigualdad.
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Servir de punto de partida para generar redes de trabajo a largo plazo.
Contenidos:
De acuerdo al objetivo de Formación del II Congreso de La Cabecera, abordaremos diferentes temáticas que nos parecen esenciales:
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Atención Primaria: haremos un repaso desde sus orígenes, pasando a cómo ha influido en la salud de las comunidades hasta llegar a reflexionar sobre los nuevos retos, posibles amenazas y cómo combatirlas defendiendo la relevancia de la Atención Primaria.
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Clínica: buscaremos la actualización en los avances clínicos siempre desde unas fuentes libres de conflictos de interés y basadas en la evidencia científica; alejándonos, una vez más, de la formación clínica patrocinada.
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Salud Comunitaria: ahondaremos en esa mitad olvidada de nuestra profesión: las comunidades y los determinantes sociales de la salud. Compartiremos experiencias para poder articularnos con espacios de actuación comunitaria desde la Atención Primaria.
Para más información, incluidas las fechas de inscripción, accede a la página web del Congreso.
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Lo que no se conoce no existe, no se piensa, no se desea. Según el Ministerio de Sanidad, se producen más de 400 millones de consultas al año en Atención Primaria, donde se resuelven más del 90% de ellas[1]. En el último examen MIR de 2017, cerca del 28% de los presentados que optaron por una plaza escogieron la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria[2]- aún así, la OMS y otros expertos recomiendan que la mitad de los médicos de un sistema sanitario deben serlo de Primaria[3][4]. Por otra parte, diversos autores y sociedades científicas han llamado la atención sobre la falta de continuidad entre la formación de grado y la formación especializada en esta disciplina[3][4]: hay una disparidad evidente entre la nula o escasa formación curricular en el grado sobre la disciplina de Medicina de Familia y Atención Primaria y la considerable proporción de personas que luego se dedican a la especialidad. En nuestro caso, nunca oímos hablar sobre longitudinalidad, técnicas de comunicación o activos en salud durante los 6 años formativos en la facultad. El choque luego con la realidad es enorme —y emocionante—, y esta invisibilización no sólo está presente en la formación de grado y en el alumnado, sino entre los restantes especialistas, y, por qué no extenderlo, entre el resto de la sociedad en su conjunto —que solicita a su Médico de Familia que lo derive al “especialista”—. Escoger especialidad —como Medicina de Familia—, entre otras cosas, también viene determinado por el contenido de los planes de estudio, los tipos de departamentos existentes o la especialidad de los docentes que imparten las distintas materias[3][4]. Si no hay asignaturas dedicadas a Medicina de Familia y Atención Primaria —desde donde se atienden más de 400 millones de consultas con un 90% de resolución de éstas, o a la que se dedicarán más de un cuarto de los presentados al MIR—; si no hay docentes especialistas en Medicina de Familia que impartan dichas materias, la especialidad no se conoce, no se piensa, no se desea.
Con la implantación del Plan Bolonia, los nuevos estudios de Grado y el Espacio Europeo de Educación Superior, el papel docente de la Medicina de Familia y Atención Primaria en las aulas de la universidades españolas empieza a ser una realidad. Según el informe SESPAS de 2012, el contenido curricular estipula el carácter obligatorio en 3 facultades nacionales (comparativamente con países del entorno, y a modo de ejemplo, en Alemania e Irlanda se imparte en 4º, 5º y 6º curso; en Austria conlleva 120 horas en total; y en Reino Unido está presente en el 100% del período formativo clínico). No fue hasta el curso 2016-2017 cuando se creó la Unidad de Medicina de Familia en la Universidad de Granada[5], ciudad donde desempeñamos actualmente nuestro trabajo como residentes. El plan de estudios de dicha Universidad contempla una asignatura obligatoria en sexto curso, llamada Atención Primaria, de 9 créditos, y otra asignatura optativa en cuarto curso, llamada Atención Primaria orientada a la resolución de problemas de salud, de 3 créditos. En total, si se escoge la optativa, 12 créditos de un total de 360, lo que supone un 3.33% del total de los créditos de los planes de grado[6]—recordamos una vez más ese 28% de los que escogieron la especialidad en el último examen MIR de 2017—.
Es en este contexto de implantación de la especialidad en las universidades, y concretamente en la Universidad de Granada, cuando en el verano de 2017 surgió algo poco frecuente en estos ámbitos: un profesor da la oportunidad a médicos residentes de impartir un seminario. No extraña tanto cuando el profesor es el mismo que es un poco tutor y un mucho ejemplo para todos nosotros. Este profesor nos propuso realizar un seminario sobre Salud Comunitaria en una de las dos asignaturas de Medicina de Familia y Comunitaria que se imparten en la Facultad de Medicina de la Universidad de Granada. Nos propuso el tema general y nos dio libertad absoluta a la hora de impartirlo; solamente nos pidió que intentáramos llegar a los estudiantes y que el seminario fuese lo más participativo posible.
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