«En suma, todos y cada de uno de nosotros somos depositarios de dos herencias: una, «vertical», nos viene de nuestros antepasados…; la otra, horizontal, es producto de nuestra época, de nuestros contemporáneos. Es ésta segunda la que a mi juicio resulta más determinante, y lo es cada día un poco más»
Amin Maalouf
La revisión sistemática «International exchanges in primary care, learning from the neighbour» recientemente publicada en Family Practice, evalúa los objetivos y los resultados de distintos programas de rotaciones internacionales en Atención Primaria. Concluye que los intercambios tienden a fomentar el desarrollo de nuevas y relevantes aptitudes personales y profesionales entre los participantes, repercutiendo de forma favorable tanto en el sistema de atención primaria propio, como en el de destino.
Los profesionales sanitarios (y en especial, aquellos que pretenden trabajar en Atención Primaria), no sólo deben ser clínicamente competentes, sino que además, deben formarse y ejercitarse en comprender y considerar los contextos socio-culturales de sus pacientes, barrios y equipos de trabajo. En este sentido, las rotaciones externas ofrecen una valiosa oportunidad para descubrir y concebir nuevos relatos y valores, propios de las poblaciones y organizaciones de destino.
Por otra parte, cada sistema sanitario (y sistema de atención primaria) posee diversos programas asistenciales, modelos organizativos y demás particularidades que conviene conocer y valorar en su propio contexto. Si bien muchas de estas singularidades no podrán (ni deberían) ser mecánicamente replicadas en nuestros centros de salud, conocer y reflexionar en torno a nuevas realidades y formas de hacer amplía el imaginario y, en última instancia, contribuye a enriquecer y mejorar nuestro sistema sanitario.
Sin embargo, tal y como señala la revisión, los programas de rotaciones externas deben estar bien estructurados y supervisados tanto por la unidad docente del residente, como por los responsables en el país de destino. Una adecuada preparación previa a la rotación, la supervisión durante la estancia formativa y la posterior evaluación y difusión de la experiencia, son elementos indispensables para garantizar un adecuado aprendizaje.
El programa formativo de la residencia de MFyC contempla la posibilidad de realizar una estancia aproximada de 1-3 meses en un centro de salud, hospital o institución distinto al propio. Sin embargo, no es infrecuente que se obstaculice y/o desestime la realización de rotaciones externas, esgrimiendo criterios inconsistentes y, con frecuencia, poco transparentes.
En este sentido, y con el último objetivo de contribuir a mejorar la formación de los residentes, instamos a las Unidades Docentes y/o administraciones competentes a que:
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Promuevan la realización de rotaciones externas en Atención Primaria entre sus residentes.
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Constituyan mecanismos para la evaluación, supervisión y difusión de las experiencias de los residentes, de tal manera que redunden en procesos de aprendizaje colectivos y mejoras en nuestros centros de salud y sistema de Atención Primaria.
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Establezcan lazos y redes con aquellos destinos capaces de proporcionar rotaciones externas de calidad, para que resulten más accesibles a los futuros residentes.
Por nuestra parte, hace tiempo pusimos en marcha un Cabezator de rotaciones electivas, desde donde acceder y aprender de los relatos y experiencias de otros residentes. Recientemente, Elvira Parafita nos compartía su rotación externa en Angola, ¡no dejéis de leerlo!
Os animamos a que participéis en este Cabezator y contribuyáis a ampliarlo, enviándonos información sobre vuestra rotación externa a lacabeceracontacto@gmail.com
Texto:
El equipo de La Cabecera
Adaptación imagen:
Sara Calderón Larrañaga y Lucía Alquézar Villarroya.
Lleváis mucha razón. Las rotaciones externas de residentes permiten un intercambio entre visitantes y receptores. La posibilidad de ofrecer información y experiencia real acerca de organización de equipos, modelo de consulta de medicina de familia, cartera de servicios real, actuaciones comunitarias y conocimiento de una comunidad diferente (epidemiológica, demográfica y culturamente) es irrepetible en un profesional en formación. Los residentes «receptores» a su vez también se enriquecen con las aportaciones de los «visitantes». Finalmente los propios médicos de familia (plantilla y tutores) reciben una valiosa oportunidad de establecer mejoras a la vista de las reflexiones compartidas con los médicos residentes que rotan en sus Centros de Salud.
Es fantástica la rotación internacional, pero ya sería suficientemente importante el intercambio entre nuestro propio país.