TRONCALIDAD, UNA HISTORIA DE DESAMOR

8 de marzo 2017

Nuestro nombre es José Ignacio de Juan y María Marco, y desde el mes de julio del año pasado formamos de la Comisión Nacional de la Especialidad (CNE) de MFyC. Ambos fuimos elegidos en unas elecciones y nos sentimos en la obligación de rendir cuentas de nuestra actividad y transmitir la información que nos llega al colectivo del que somos vocales, los y las residentes de MFyC.

Uno de los temas sobre los que más se ha hablado en los últimos meses en el campo de la formación sanitaria especializada ha sido la conocida como Troncalidad. Nos gustaría aportar nuestro punto de vista sobre este proceso con el objetivo de que se entienda nuestra postura como vocales de residentes dentro de la CNE, y la postura de la propia CNE durante este proceso y en el futuro. Pedimos disculpas, también, por no haber podido transmitir esta información antes. Los acontecimientos en este tema se han ido precipitando y al no estar del todo definida la vía de comunicación entre vocales de la CNE y residentes ha sido necesaria buscar vías alternativas.

Comenzamos. Al incorporarnos a mitad del año 2016 el borrador del programa del tronco médico estaba bastante avanzado (el tronco médico lo formaban 21 especialidades, entre ellas MFyC). Este borrador se filtró a la prensa y se puede encontrar aquí.

El proceso de elaboración desde el principio no lo vivimos, pero parece que el Ministerio, en general, ha actuado de forma unilateral y sin contar con la opinión de las CNEs que integraban el tronco, especialmente con las de mayor experiencia en visión generalista e integral, como Medicina Interna o Medicina de Familia y Comunitaria, que constituyen más del 50% de los residentes del tronco médico. Las sugerencias de la CNE, así como las de la presidenta de la Comisión de Tronco Médico, la Dra. Emilia Bailón, médica de familia en Granada, tampoco fueron tomadas en consideración.

Tanto nosotros, residentes, como el resto de la CNE de MFyC mostramos nuestro desacuerdo con gran parte del programa por varios motivos. De forma resumida, son estos:

1. En el programa que podéis ver en el enlace no se establecen entornos formativos (por tanto, no se incluye la Atención Primaria como un entorno formativo específico y no se garantiza que haya que rotar por el centro de salud), ni cuánto va a durar cada rotación, ni el nivel de responsabilidad para competencia.

Esto tiene una repercusión importante en la formación de residentes de un programa que se hace llamar troncal y busca una visión integral, abordando todos los estadíos de la evolución natural de la enfermedad, y una atención desde una perspectiva biopsicoscial. Se pierde la idea inicial de que los MIR de otras especialidades médicas conocieran la Atención Primaria, que, entre otras, es el entorno que remite los pacientes al hospital, y con el que cada día es más importante mantener una continuidad asistencial. Es volver al hospitalocentrismo de hace cuatro décadas. Pero sobre todo, repercutiría en la formación del residente de MFyC, ya que si en los dos primeros años no se garantiza una estancia obligatoria en Atención Primaria, y a los dos segundos hay que añadir las competencias que no están incluidas en el programa troncal (salud reproductiva, infancia) junto a la rotación rural, el tiempo en el centro de salud se vería drásticamente reducido. Además, las Unidades Docentes perderían la formación de esos dos primeros años, que pasarían a una nueva Unidad Docente de Tronco que, aunque no se especifica, está claro que en este modelo estaría ubicada en el hospital.

2. No se establece un nivel de prioridades para cada competencia. Además, se utiliza una terminología (ver glosario de términos) definida sólo para este programa, no validada en ningún otro ámbito (término “identificar” vs “diagnosticar”, por ejemplo). Se propuso adoptar los niveles de responsabilidad que tenemos definidos en nuestro programa de MFyC, pero no fue aceptado. Por tanto, se prefirió incluir un nuevo término desconocido en la literatura internacional como el de “identificar” enfermedades en lugar de diagnosticarlas.

3. Se basa en un enfoque biológico basado en la enfermedad y no en la resolución de problemas. Va de la enfermedad al síntoma y no del síntoma a la enfermedad.

4. El número y distribución de las 151 competencias no está en relación a la prevalencia de las patologías en la práctica clínica. Se obvia la importancia en la práctica clínica de los problemas relacionados con la salud mental, traumatismos, consultas de riesgo adictivo, atención a los problemas de la mujer y del adolescente, al paciente inmovilizado o discapacitado y a su cuidador o la violencia de género.

Se retiran competencias tradicionales en la formación del R1 como el aprendizaje del EKG, pero se incluyen otras muy básicas como “realizar la asepsia de la piel” o “conocer el pronóstico de las enfermedades”, que se supone que han sido aprendidas en el grado. Se establece un número de pacientes mínimo para adquirir una competencia carente de referencias bibliográficas, definiendo, por ejemplo, la necesidad de un mayor número de pacientes para adquirir una competencia simple como “realizar asepsia de la piel” (10 pacientes) que para adquirir una competencia compleja como “realizar toracocentesis” (sólo 5 pacientes).

Además, no se tienen en cuenta las recomendaciones de la Estrategia Nacional de Abordaje de la Cronicidad, publicada en 2012 por el propio ministerio y consensuado con las CCAA, que recomienda primar el desarrollo de la Atención Primaria y favorecer la continuidad asistencial entre los diferentes entornos sanitarios que el paciente crónico precisa.

5. No incluye criterios de interconsulta para las competencias.

6. Los criterios de evaluación no están suficientemente especificados y sorprende la forma de hacerlo en algunas competencias (por ejemplo, especifica que todas las competencias excepto los procedimientos técnicos se van a evaluar mediante un examen).

En resumen, se trataba de un programa con poco contenido que probablemente no disgustaría a nadie, un programa “placebo” con una capacidad mínima para el cambio y la consecución de los objetivos que la troncalidad se proponía. Estaría abierto a su interpretación por cada CCAA y las nuevas Unidades Docentes Troncales, aumentando así la heterogeneidad en la formación MIR. Habría tantos programas de tronco como Unidades Docentes. Y por supuesto, para nuestra especialidad, que tiene un programa completo y de referencia a nivel internacional, suponía un retroceso importante en la formación de residentes, ocasionando un daño irreparable a las actuales Unidades Docentes de MFyC. La MFyC ya tiene un contenido integral, generalista y troncal, por lo que nuestro programa ya cumple estos criterios

Prácticamente ninguna de las modificaciones de las CNEs se aceptaron, y el borrador del programa pasó a ser definitivo. A su vez, se dieron las instrucciones para comenzar con la elaboración de los programas específicos de cada especialidad.

En ese punto aparece la sentencia del Tribunal Supremo que anula el Real Decreto por el que se establecía la troncalidad debido a la ausencia de una memoria económica que sustente su implantación

Once años después de iniciar el proceso, actualmente, a nivel legislativo, habría que empezar desde cero. Lo más probable es que sigamos con el modelo tradicional en los próximos años. En el improbable caso de reiniciarse la redacción de un nuevo decreto, llevaría varios años, por lo que no afectará a los residentes de las promociones inmediatas.
Por nuestra parte, como vocales de residentes en la CNE, y también como CNE en su conjunto, no estamos en contra de la troncalidad como concepto, siempre que se favorezca la continuidad asistencial entre Atención Primaria y hospital y prime la visión integral y generalista que los pacientes crónicos y multimórbidos que atendemos actualmente necesitan. Para ello creemos que, a la hora de elaborar el programa, se debería tener más en cuenta la opinión de las especialidades que tienen esa visión generalista e integral como esencia de su ejercicio profesional, como son la Medicina de Familia y Comunitaria, Medicina Interna, Geriatría y otras

Las CNEs siguen trabajando en sus programas formativos, pero ya de cara a mejorar la versión actual. Y en ello está la CNE de MFyC, que tiene previsto actualizar el Programa Oficial de la Especialidad a lo largo del presente año, pues data de 2005 y requiere una adaptación a las novedades producidas en la atención sanitaria en el Sistema Nacional de Salud.

José Ignacio de Juan Roldán y María Marco Brualla, representantes de residentes de la Comisión Nacional de Especialidad (CNE) de MFyC.

3 thoughts on “TRONCALIDAD, UNA HISTORIA DE DESAMOR

  1. Daniel Prados Torres dice:

    «Enhorabuena y gracias»:
    Os quiero agradecer a los dos el magnífico trabajo informativo que habéis hecho. De forma resumida y sin sesgos hacéis una crónica real de lo que ha pasado y de la pérdida de tiempo (el recurso mas escaso) y trabajo que ha supuesto. Creo que habrá algún/alguna responsable de esto. ¿Alguien le pedirá cuentas?
    Si me dáis permiso propongo que se publique en docTUTOR para darle difusión…

  2. Sara Rodrigálvarez de Val dice:

    Seguí el tema muy de cerca durante la carrera, pero es verdad que con el inicio de la residencia perdí el hilo…Muchas gracias por el resumen chicos. Me parece muy importante que todos sepamos cómo está la cuestión en estos momentos. ¡Un saludo!

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